lunes, 24 de febrero de 2020

La UCR en el poder


Primera presidencia de Yrigoyen
El primer gobierno de Yrigoyen (1916-1922) representó un cambio político, al desplazar a los grupos conservadores del poder, aunque tuvo aspectos en común con éstos; en parte, por la procedencia social e intereses similares de los líderes del radicalismo y del conservadorismo (por ejemplo, la mayoría de los integrantes del gabinete de Yrigoyen pertenecían a instituciones como la Sociedad Rural).
Hubo otras circunstancias políticas que explican las continuidades con los anteriores gobiernos conservadores. Por ejemplo, perduró la imposición del poder ejecutivo nacional sobre los gobiernos provinciales, y el lugar secundario otorgado al congreso. En efecto, la intervención federal y las decisiones por decreto fueron características del gobierno radical, debido a que luego de las elecciones de 1916 la mayoría de las provincias y el senado siguieron bajo control conservador. Así, hubo 20 intervenciones federales, 15 de las cuales fueron sancionadas por decreto.
Tales decisiones tensaron las relaciones con la oposición.
La actitud del gobierno con la protesta social osciló entre la negociación y la represión. Durante las huelgas de portuarios (1916) y ferroviarios (1917 y 1918), el estado asumió una posición de arbitraje que favoreció, en general, a los huelguistas. Esto provocó que fuera acusado de "obrerista" y que se formaran organizaciones patronales, como la Asociación Nacional del Trabajo, que combatieron activamente las huelgas.
Tales reacciones estuvieron alentadas por el temor de ciertos sectores de la sociedad a una expansión internacional del comunismo. La expresión más dramática de esto fue la "Semana Trágica", en enero de 1919, cuando la represión del ejército contra metalúrgicos en huelga provocó gran cantidad de muertos y heridos entre los obreros. En ese contexto, grupos civiles armados (como la Liga Patriótica Argentina)[1] atacaron a la comunidad judía de la ciudad de Buenos Aires. Estos aspectos se repitieron durante la protesta de trabajadores rurales de la Patagonia en 1921 y 1922. En esa oportunidad, se conjugaron, otra vez, la represión militar y la intervención de la Liga Patriótica, ante la cual el gobierno tuvo una actitud pasiva.
Otra característica central del yrigoyenismo fue el aumento del gasto del estado, que se tradujo en una expansión del empleo público y los servicios sociales.
En 1919 y 1921 se crearon las universidades nacionales de Tucumán y Santa Fe, con lo que el gobierno ratificó su apoyo a la reforma universitaria iniciada en Córdoba, en 1918. Ese año, estudiantes vinculados con el radicalismo lucharon para lograr la autonomía universitaria, modificar los planes de estudio, poner fin a la influencia clerical en la educación superior y mejorar los mecanismos de selección de los docentes, a fin de asegurar las cátedras para los más aptos y ampliar la base social universitaria.
Sin embargo, también es cierto que el gasto público fue direccionado a financiar el aparato político del radicalismo, ganar adhesiones y premiar a los partidarios a través de puestos burocráticos. Estas prácticas lograron consolidar al yrigoyenismo durante los últimos años de su primer gobierno.
Empero, en los círculos conservadores, las prácticas del oficialismo y los fracasos electorales generaron escepticismo sobre los beneficios de la reforma de 1912 y el sistema democrático.

Un nuevo presidente de la UCR: ¿continuidad o diferencia?
La presidencia de Alvear (1922-1928) transitó por carriles distintos de los del primer gobierno de Yrigoyen.
Por un lado, a mediados de la década de 1920, se recuperó significativamente la economía y se logró estabilidad social.
Por otra parte, el estilo de liderazgo de Alvear fue muy diferente del de su antecesor. El carácter plebeyo del yrigoyenismo desapareció con Alvear. Estos contrastes, por lo general, se atribuyeron a las diferencias sociales que separaban a Yrigoyen de Alvear. Si bien en el yrigoyenismo había hombres de familias tradicionales, Alvear y gran número de sus ministros pertenecían a los sectores más encumbrados de la sociedad.
Una de las medidas más importantes aprobada por el gobierno fue la reforma arancelaria de 1923, que establecía el aumento de los impuestos a la importación. La medida, si bien protegió la industria nacional, tuvo el objetivo de aumentar los ingresos del estado ante el desequilibrio entre entradas y gastos.
Entre las diferencias más importantes con el gobierno anterior, puede mencionarse el mayor protagonismo del poder legislativo y el manejo más cuidadoso del gasto estatal, lo que frenó la expansión del empleo público (esto tuvo costos políticos para el presidente, ya que generó descontento en el aparato partidario, acostumbrado al financiamiento del periodo de Yrigoyen).
La crisis interna se tradujo en la división del partido entre yrigoyenistas y antipersonalistas, hacia 1924. Los conflictos afectaron la gestión del gobierno, porque los yrigoyenistas (que eran mayoría en la cámara de diputados) bloquearon sistemáticamente los proyectos del gobierno. En este contexto, el radicalismo yrigoyenista ganó paulatinamente el apoyo popular, mientras conservadores, radicales antipersonalistas y socialistas carecían de fuerzas para oponérsele.

La reelección de Yrigoyen
Yrigoyen fue electo, por segunda vez, en 1928, con el 57 por ciento de los votos.
Durante su presidencia, el gasto público volvió a subir, la inestabilidad económica comenzó a hacerse sentir y, en 1929, el descenso de los precios de las exportaciones argentinas y la caída de las inversiones generaron un cuadro de desequilibrio entre gastos e ingresos. Entonces, a comienzos de 1930, el gobierno redujo el gasto público, lo que le quitó respaldo popular y partidario al presidente.
Por otra parte, el rotundo triunfo de Yrigoyen acentuó el descontento entre los conservadores, y renovó el escepticismo sobre la ley Sáenz Peña y el sistema democrático. A esto se sumaron las acusaciones sobre la demagogia yrigoyenista. Se generó, así, la opinión de que el derrocamiento de Yrigoyen era una necesidad impostergable.
Otro motivo de conflicto fue el petróleo. El eje de la disputa fue la intención de la compañía estadounidense Standard Oil de explotar yacimientos en Salta. Hasta entonces, la extracción de petróleo y la distribución de combustible había sido una actividad que compartían YPF (creada por Yrigoyen, en 1922, y fortalecida durante la gestión del general Mosconi, designado por Alvear) y compañías privadas nacionales. La Standard Oil había obtenido el apoyo de la clase política conservadora provincial, mientras que el yrigoyenismo sostenía que, como las reservas petrolíferas eran un recurso estratégico para el desarrollo, debía impedirse la penetración de capital extranjero.
Finalmente, otro importante foco de tensión se ubicaba en las fuerzas armadas. La injerencia del Ejecutivo en las promociones y ascensos (para favorecer a sus simpatizantes) había sido una práctica que había generado antipatías contra Yrigoyen durante su primera presidencia. El malestar se renovó en su segundo mandato, cuando la intervención de las fuerzas armadas en la política comenzó a ser reivindicada por los sectores más radicalizados de la oposición, influenciados por el éxito del autoritarismo en Europa.
Todos estos factores, además de las dudas sobre la capacidad de un presidente ya anciano, se conjugaron en el golpe de estado del 6 de septiembre de 1930.

[1] La Liga Patriótica Argentina fue una organización política de ultraderecha, conducida por miembros de las familias tradicionales de la sociedad, que desplegó un amplio abanico de acciones públicas. Por ejemplo, sus grupos de choque atacaron sindicatos, agrupaciones de izquierda, anarquistas y judíos durante la "Semana Trágica" y las huelgas de la Patagonia; por otra parte, la Liga también alentó y organizó actividades de beneficencia y caridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En caso de comentar una publicación se ruega tener especial cuidado con la ortografía y el vocabulario empleado.